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John Rawls y el velo de la ignorancia.



A Theory of Justice (1971) se ha constituido en los últimos tiempos como una de las principales defensas del liberalismo en el terreno de lo social. Sus tesis se enfrentan principalmente a algunos de los autores de la  corriente marxista de la filosofía, una de las grandes influencias del pensamiento contemporáneo. Rawls reprochará a estos filósofos el haber dejado de lado la teorización acerca de las cuestiones morales y de la justicia.

Para entender la obra cumbre  de J. Rawls, debemos entender qué significa el contractualismo dentro del contexto de la filosofía política. Las teorías del contrato social son aquellas que parten de la suposición de que para vivir en sociedad, el ser humano debe firmar un pacto implícito. En él, a cambio de abandonar la libertad total de la que gozamos en un supuesto estado de naturaleza, obtenemos una serie de derecho y condiciones de seguridad.

Las teorías filosóficas contractualistas más conocidas se desarrollan a lo largo de la Modernidad. Así Hobbes (S.XVII) dibuja el pacto como la única manera de escapar de un estado de naturaleza en el que “el hombre es un lobo para el hombre”. Locke (S. XVII) sin embargo defenderá la naturaleza racional del ser humano incluso en el estado de naturaleza y entenderá el pacto como una manera de garantizar la justicia en lo que se refiere a la propiedad privada. Pero a quien aquí vamos a introducir como un antecedente a Rawls es a J.J Rousseau (S. XVIII) y su particular teoría del contrato.

Rousseau es un Ilustrado por todo lo que le rodea, pero en su filosofía comenzamos a encontrar una sospecha que no se va a hacer evidente hasta dentro de un siglo: la idea de que la ciencia y la tecnología no nos han conducido a un horizonte mejor, sino que cuanto más parece que avanzamos, más esclavos nos sentimos. Su filosofía es tremendamente original. Para él existe un fallo, un error que hemos cometido a la hora de firmar el contrato social y es que nos hemos dejado guiar por nuestra voluntad individual. Es el egoísmo lo que motiva el pacto, lo que da lugar al surgimiento de la  propiedad privada y mientras un pacto así siga vigente, no será posible solucionar la desigualdad social. Es necesario para Rousseau que firmemos un nuevo contrato, guiados por la voluntad general, pensando en el bien común antes que en el interés propio.

Esta idea de poderse poner en la disposición de ser guiado por una voluntad general va a inspirar la filosofía de Rawls y su idea fundamental en A Theory of Justice (1971): la cuestión del velo de la ignorancia.

Rawls nos pide que nos situemos en un escenario mental en el que no hemos caído todavía en el mundo, en el que no sabemos qué lugar y posición social ocuparemos. Desconocemos también qué habilidades cognitivas o privilegios naturales vamos a tener. Estamos situados tras un velo de la ignorancia. En esta situación imaginaria, si nos pusiesemos a negociar las condiciones del escenario social, lo haríamos desde una posición desinteresada, llegando a alcanzar unos acuerdos primarios que tomarían la forma de derechos y libertades. Esto es así porque al no saber exáctamente dónde vamos a caer, actuaríamos de tal forma que pudiese asegurarme de tener unas condiciones de vida mínimas en cualquiera de las situaciones que me tocarán en esta extraña lotería. Así, los acuerdos alcanzados desde esta posición original, se constituyen como principios de justicia.

Las tesis de Rawls parten de la base de que cualquier sistema de organización político, económico y social genera desigualdad, en tanto que necesariamente beneficia una serie de cualidades individuales y perjudica otras. La lotería natural no es justa, pero sí que tiene que ver con la justicia como una sociedad trata la diferencia.  

Puesto que los negociantes situados tras el velo de la ignorancia desconocen las ventajas que poseerán y el escenario que les espera, la idea de justicia que dibujarán tendrá que ver necesariamente con maximizar los mínimos. Lo que se conoce como “maximin”: los recursos limitados de una sociedad deben ser distribuidos de forma que los menos favorecidos puedan vivir de una forma aceptable. Dicha distribución tiene que ser compatible además con el hecho de que la sociedad en su conjunto sea productiva.

Desde el punto de vista de la teoría de Rawls ni el capitalismo de libre mercado ni el comunismo pueden acercarnos a su idea de Justicia. Sus posturas le acercarían al socialismo liberal. Quizás la idea política a la que más podríamos acercarlo sea el ideal del Estado del Bienestar.  

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