"Cuando alguien pregunta para qué sirve la filosofía, la respuesta debe ser agresiva, ya que la pregunta se tiene por irónica y mordaz. La filosofía no sirve ni al Estado, ni a la Iglesia, que tiene otras preocupaciones. No sirve a ningún poder establecido. La filosofía sirve para entristecer. Una filosofía que no entristece o no contraria a nadie no es filosofía. Sirve para detestar la estupidez, hace de la estupidez una cosa vergonzosa. Sólo tiene éste uso: denunciar la bajeza del pensamiento en todas sus formas."
G. DELEUZE.
¿Por qué comenzar por este tema? ¿Por qué no dedicar, tal y como lo hacen los manuales al uso, un capítulo introductorio a descifrar qué significa aquél concepto extraño que etimológicamente significa ‘amor por la sabiduría?
La mejor manera de descubrir qué es la Filosofía es a través del ejercicio de la Filosofía. A nuestra disciplina le ocurre lo mismo que a muchos de los conceptos que maneja: entendemos el concepto a través de su uso, sabemos a qué refiere, pero a la hora de pararnos a definirlo encontramos muchos problemas. Heidegger afirmaba que esto era también algo característico de uno de los conceptos que más utilizamos en nuestro día a día: el concepto de ‘Ser’. Un concepto que se define en su propio uso, pues ‘lo que es, es’.
Definir la Filosofía ahora, en este momento inicial, sin carecer del armazón conceptual necesario para comprender qué significa, se me antoja como una tarea inútil. Iremos descubriendo poco a poco durante este curso, a través del propio ejercicio filosófico, cuál es el sentido y razón de ser de esta disciplina.
Vamos a convertirnos en filósofos y filósofas de nuestro tiempo y para ello comenzaremos filosofando sobre dos conceptos que utilizamos en nuestro día a día y que han sido muy discutidos a lo largo de toda la Historia de la Filosofía.
El Poder, porque la Filosofía desde sus mismos inicios se ha constituido como una lucha contra lo establecido, contra el status quo, contra aquello que permanece y que en la sociedad ocupa las posiciones de Poder, signifique esto lo que signifique. La Filosofía es rebelde, crítica y para practicarla deberéis ser rebeldes y críticos. Marx criticó que hubo un tiempo en el que los filósofos, en sus torres de marfil, se habían dedicado a a interpretar el mundo, completamente separados de su realidad. Una Filosofía que ha olvidado su condición crítica, que ha sido domesticada, no es verdadera Filosofía, no puede serlo. Es necesario que la Filosofía, incluso desde su ámbito más teórico, transforme la realidad, a través de la construcción pero también de la deconstrucción.
La libertad, porque es la condición de posibilidad de todo ejercicio filosófico, incluyendo aquel que se pregunta si en verdad somos libres (una pregunta con miles de años de antigüedad que todavía no ha sido resuelta). La autonomía que nos brinda el ser eminentemente seres racionales (por lo menos de vez en cuando), nos exige librarnos de lo que Kant llamaría nuestra autoculpable minoría de edad. Incluso en la más lóbrega de las prisiones seguimos siendo dueños de nuestros pensamientos (o quizás no), aunque quizás el máximo grado de libertad que podamos alcanzar (algo con lo que seguramente estaría de acuerdo Spinoza) es poder averiguar cuáles son nuestras ataduras.
Comentarios
Publicar un comentario